Con el paso de los años, nuestro cuerpo experimenta un proceso de degradación natural, especialmente en los huesos y las articulaciones. La vitamina D es fundamental para la salud ósea, ya que ayuda a la absorción de calcio, mientras que la vitamina K2 potencia este proceso al dirigir el calcio hacia los huesos y evitar que se deposite en lugares indeseados, como las arterias. Además, el magnesio es crucial para la salud ósea, ya que participa en la formación de huesos y en la regulación de los niveles de calcio en el cuerpo. Juntas, estas tres sustancias son esenciales para revitalizar y mantener nuestros huesos fuertes y saludables a medida que envejecemos.